En España, aunque está cambiando año tras año, aun no estamos acostumbrados a tomarnos Halloween tan en serio como aquí.Desde hace mas de una semana, se ven en las ventanas las típicas calabazas talladas con velas dentro, niños disfrazados por la calle y algunos carteles anunciando fiestas para esta noche.
Pero hoy, volviendo a casa por la noche he descubierto la forma tan extraña que tiene la gente mas joven de vivir esta fiesta. Supuestamente la idea era vestirse de algo que de miedo, pero se ha convertido en un carnaval, una fiesta de disfraces como otra cualquiera y, al menos en Manchester, a lo grande. He visto disfraces de todos los tipos: de Super Mario, novia, Hulk, monjas, cabareteras, perritos calientes, Jack Sparrow, bailarinas... y el unico que realmente me ha dado miedo ha sido el de un hombre disfrazado de campanilla.
Se ve que cualquier excusa es buena para desempolvar disfraces antiguos, tengan o no que ver con lo que se está celebrando. Quizá influya el hecho de que en bastantes pubs regalaban copas o chupitos al que fuese disfrazado, sin especificar de qué.
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